El 26 de abril de 1903, un grupo de estudiantes vascos que residían en Madrid junto a algunos socios disidentes del Madrid F.C. fundaron el Athletic Club de Madrid como sucursal del Athletic Club de Bilbao en la capital de España. Enrique Allende fue elegido presidente de la nueva sociedad madrileña. El 2 de mayo, se disputó el primer encuentro de la historia athlética en el campo del Retiro; 24 socios (no iban a quedarse dos sin participar) jugaron un partido amistoso del que se desconoce el resultado. El primer uniforme del Athletic fue camiseta blanquiazul, a grandes rayas verticales, y pantalón negro. Al final de 1903, Eduardo de Acha accedió a la presidencia.
En estos primeros años de vida, el Athletic madrileño dependía de su patrón vasco tanto que le cedía jugadores para el Campeonato de España (más conocido actualmente por la Copa) en el cual no podía tomar parte. Así, sólo disputaba partidos del Campeonato de Madrid y amistosos. El 20 de febrero de 1907, el Athletic Club de Madrid presentó su acta de constitución oficial en el Gobierno Civil; además, Ricardo de Gondra fue elegido presidente.
Entre 1909 y 1912, el fútbol español padeció una fuerte crisis. Tanto que se escucharon voces de una posible disolución del Athletic madrileño; pero, gracias a la labor de su presidente Ramón de Cárdenas, la ayuda económica del socio Manuel Rodríguez Arzuaga y el empeño de los escasos socios, el equipo madrileño salió a flote. Por otra parte, el 22 de enero de 1911, el Athletic estrenó las camisetas rojiblancas ante la Sociedad Gimnástica Española en un partido de la Copa Rodríguez Arzuaga que no acabó por retirada de la Gimnástica cuando ganaba el Athletic.
El 29 de noviembre de 1912, la Asamblea de Socios eligió a Julián Ruete como flamante presidente del Athletic. Ruete catapultó al club de la capital a la élite del fútbol español. El 9 de febrero de 1913, en el estreno del flamante campo rojiblanco de O’Donnell, el Athletic Club de Bilbao venció por 4-0 al Athletic Club de Madrid. El campo de O’Donnell potenció a la sociedad social (aumento espectacular del número de socios) y económicamente (notables recaudaciones en taquilla).
En octubre de 1913, el Athletic madrileño se inscribió como sociedad independiente en la recién creada Federación de Centro. Así, el conjunto rojiblanco ya podría jugar el Campeonato de España y no cedería más jugadores al Athletic bilbaíno, si bien todavía seguía citando su origen vasco en algunos artículos de su reglamento. En los años siguientes años, el Athletic no pudo ganar el Campeonato de Madrid con lo que no se clasificó para el Campeonato de España. Ruete luchó contra viento y marea para asentar al club en la capital y poco a poco lo consiguió. El mandatario colchonero dio su vida por el Athletic; se dejó el alma.
En abril de 1919, Ruete abandonó la presidencia que asumió Alvaro de Aguilar. Este siguió con la misma línea de Ruete. En septiembre de 1920, tras un año sabático, Ruete volvió a la máxima magistratura del club. En su retorno, el insigne presidente coronó su mandato. Así, el Athletic consiguió el primer título de su historia: el Campeonato Regional de Centro 1920/1921. Este éxito le permitió disputar el Campeonato de España en el que acabó subcampeón tras perder por 4-1 frente al Athletic Club de Bilbao en la final disputada en el Estadio de San Mamés.
En los años siguientes, el Athletic madrileño estrenó su primer entrenador, Manuel Ansoleaga, y aportó su tres primeros jugadores a la selección de España: Pololo, Fajardo y Luis Olaso. Además, el 23 de mayo de 1923, el Athletic ganó por 2-1 a la Real Sociedad en la inauguración del Estadio del Metropolitano, nuevo campo rojiblanco, aunque no como propietario sino como alquilado.
El 3 de noviembre de 1923, Julián Ruete dimitió de su cargo y la Asamblea General del Club eligió a Juan Estefanía como nuevo presidente. Una prometedora época se iniciaba en el seno de la sociedad madrileña.
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